Los debates acerca de lo que es la libertad han durado toda la historia de la humanidad, los términos filosóficos modernistas, postmodernistas y liberales se contraponen, es común escuchar en las aulas o en discusiones de vino cosas como estas: somos libres, es mejor la igualdad que la libertad, la libertad se adquiere con el derecho a la humanidad, es decir con nacer. Este ejercicio es burdo, por lo mismo doy esta introducción, la libertad es todavía para mi indefinible, como el futbol también lo es, más allá de un ejercicio filosófico esto es un ejercicio donde el juego da una lección de mundo.
Jorge Valdano en una entrevista llevada a libro (La pasión según Valdano) afirmaba que los jugadores creativos y talentosos son los que merecen libertad y los que no lo son ni merecen ser libres, apelando a una distribución de talentos como el precio de la libertad. A a partir de esa lectura surge este texto, y es que si bien puedo estar de acuerdo en mucho de esa frase también me opongo rotundamente en la mitad de la misma.
Tiene razón cuando afirma que los creativos deben de ser más libres, que el entrenador puede generar una táctica y unos movimientos en tres o cuatro días, mientras que un jugador creativo puede romper todo en diez segundos, por eso no es natural quitarle la libertad a este tipo de jugadores. Pero no es que los entrenadores, directivos o el aficionado, dé o quite libertad, el jugador se la gana, en una batalla constante de once contra once durante toda su vida el jugador lucha por esa libertad, por esa libertad que una gambeta le da, un regate es un mensaje de libertad, se es libre cuando se anda por todo el campo, cuando lo haces bien y eres líder, cuando te equivocas siendo libre, eres libre pero esclavo al mismo tiempo, eres esclavo de tus errores, de las cabezas de los periódicos, de los periodistas y de las declaraciones de entrenadores y directivos. La libertad en el campo como todas las libertades se han conquistado, Messi, Maradona, Pelé, Cruyff, Maldini, Zidane, Ronaldinho y algunos pocos nunca se han arrepentido de ser libres, pero también como todas las libertades hay algunas que se compran, se corrompen, Cristiano Ronaldo, Neymar y Beckham ejemplos claros de talentos pagados, libres pero no iguales. Entramos de nuevo a debates filosóficos de libertad e igualdad, por eso me detengo y concluyo.
Y para entrar a mi conclusión me opongo a la idea de que los no talentosos no merecen ser libres, más bien de la mano de la idea anterior, no tuvieron la misma capacidad de ser creativos, no nacieron así, pero no por eso no merecen su libertad, su libertad de hacer en el campo, de equivocarse, de navegar, de defender, de jugar al nivel de su talento, de ser más protagonista que el jugador libre, de salirse del sistema táctico y confrontar la lógica de que el creativo es figura, ser figura por un día, ser héroe por noventa minutos, ser un crack que rompió los esquemas inconscientes de los técnicos que esclavizan a los no talentosos y volverse libre, libre por un gol, por un pase, por una gambeta, por una atajada o por una salvada defensiva. Iniesta, Casillas, Essien, Gattuso, Inzaghi, Raúl, el mismo Valdano, Valderrama, Roberto Carlos y muchos más, que merecen ser libres y lo son en medida de lo que tienen. El futbol está fuera de toda lógica filosófica y cerca de toda lección de vida, paradójicamente. El futbol no se entiende, se juega, se aplaude y se es libre.