Los juguetes deberían de ser todos y todas 

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No es una idea comunista ni una locura de la 4T, me parece un principio de igualdad elemental: los juguetes deberían de ser de todos y todas. Una de las elecciones que he aprendido siendo padre es que los juguetes son un asunto elemental para muchas cosas; entre ellas el desarrollo de las y los niños, la comunicación entre ellos, el juego, la recreación y la construcción de comunidad.

Sin embargo, es común toparse con escenas como las que describo: un infante queriendo tomar un juguete en un parque que otro dejó por unos segundos mientras su atención se volcaba en la resbaladilla y uno de los padres decir: no es tuyo. Claro, la propiedad es una idea fundamental de la revolución francesa, uno tiene derecho a poseer cosas, pero eso se fundamentó en un patrimonio, no en un juguete. Mi idea fundamental es que los parques deberían tener juguetes para todos y de todo tipo y que los juguetes deberían ser un accesorio gratuito que el Estado debería otorgar a los habitantes y no un negocio y me explico. 

Si uno tiene la necesidad de comprar un juguete para un regalo en el cumpleaños de un infante cercano, se encontrará con una pequeña verdad incómoda: los mejores juguetes son los más caros y se encuentran en los centros comerciales. Claro, sin que esto haga menos la idea sobre que existen juguetes tradicionales y artesanales que son muy buenos, pero si hablamos del universo de juguetes en el mundo, estos son la minoría. En estricto sentido, si los mejores juguetes, en su mayoría son los más caros, solo tienen acceso a ellos, las personas de una clase económica alta. Lo que me parece radicalmente injusto. 

No solo creo que el Estado debería regalar juguetes a todos los infantes sino también creo que deberíamos apostar por un cambio de mentalidad en la paternidad en relación a los juguetes y a la idea de compartir. Uno tendría que educar en la solidaridad y en la fraternidad y para ello no hay mejor herramienta que los juguetes, la propiedad y el individualismo que podríamos transmitir desde la acción de no compartir un juguete puede tener un impacto negativo. Pero realizar acciones para que todas y todos los niños tengan acceso a los mismos juguetes por igual si podría ser una acción revolucionaria, no solo organizando colectas de juguetes en tiempos navideños sino programas permanentes para compartir juguetes en los parque su espacios públicos: ¿qué de malo tendría que nuestro hijo o hija saliera de casa con un balón y regresara sin él pero con un peluche? El valor del juguete no es económico. Claro, esto es solo una idea. 

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