Tinta Canchera/ Maldición injusta

“Lo que no te mata te fortalece”

Maldito seas por siempre, mutación de cuerpo, de células, de vida, sin razón o con razón, apareces en el ser, eres impredecible, te mueves con calma, pero te mueves hacia donde tú quieras, acabas con la apariencia, con la vida, con el cuerpo, acabas con el look, acsabas con el cabello, con la carne, con el tiempo, acabas con la familia, con la vida y con el futuro, acabas con la cartera, con la fe y hasta con Dios, arrasas con todo, y no tienes motivo, ni explicación, ni nada.

Maldito seas que tuviste en el tiempo la oportunidad de jugar con el mundo y con la vida, maldito que has devorado más de lo que has devuelto, eres un asesino natural e injusto, eliges a tus presas bajo un criterio que ni la ciencia, ni la fe ni el azar han podido explicar, te manifiestas de diferentes maneras, en los ojos, en la piel, en el corazón, en el pulmón, en el hígado, en el cerebro, en los testículos y en la matriz atentando también con la vida futura, inteligente eres, pero en ocasiones careces de fuerza, te conviertes débil, frágil, perdedor y humillado, lugar donde ningún deportista quiere estar.

Quisiste vencer a muchos, al Mono Burgos valiente guardameta, a Arjen Robben soldado de mil batallas de los Países Bajos, a Nene Hilario, torre brasileña, representante de una nación, en un deporte donde las canastas se anotan con faul y cuenta, como su regreso a la duela, con todo y un cáncer vencido. Fuiste por un joven ciclista, le diste donde más le dolía te venció y volvió para luchar contra ti y contra el mundo. Luego contra un inocente auxiliar técnico que se convirtió en entrenador, luego por un francés que no tenía nada de culpa, su perfil bajo, su vida tranquila y su historia de triunfo eran inocentes de todo cáncer. Pero fuiste vencido, fuiste eliminado y olvidado, perdiste de fuerza, perdiste de fama, perdiste de vida, ahora no te temen; te enfrentan, te violentan, te acorralan y te vas, huyes, dejando vida, dejando trofeos, medallas, goles, canastas, atajadas, suéteres amarillos. Pero dejando a tu paso lo más importante, una vida nueva, una manera de vivir diferente, sin vicios, lejana del odio, cercana al amor y a la vida. No debes de ser maldecido ni tampoco bendecido, debes de ser visto como una de esas cosas que hacen el equilibrio entre lo justo y lo injusto.

2 comentarios

  1. Guillermo Furlong dice: Responder

    Entender, es jugar a realizar el trabajo más injusto jamás encomendado, supe que sigue siendo el castigo que dimos a un tal Dios

  2. Entender es de ilusos, es inútil, reclamar es de ciegos y es ilógico. Gracias por leerme.

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