La película de Pedro Almodóvar en la cual Gael García interpreta a un travesti, se ven reflejados los valores y defectos del mundo, el rechazo a la burguesía y a la iglesia, la pedofilia, la homosexualidad, el abuso sexual, las drogas, la muerte, los asesinatos y la mentira, al igual que la película el deporte expresa sus perores vicios, que hablan de una mala educación.
Y es que el deporte es un reflector, porque todos los deportes: el futbol, el golf, el basquetbol, todos forman carácter, enseñan y transmiten historias de éxitos, contagian felicidad, se aprende matemáticas, de estrategia, de buen juego, de arte y sobre todo porque es una actividad que realizan los humanos, se aprende ética, de moral, de comportamiento adecuado, es decir, de cierta manera el deporte, una de las actividades más vista en el mundo y por muchos, también educa.
Aunque como todo, mal educa en muchas ocasiones, Ron Artest (World Peace) basquetbolista, jugador, en aquel momento bochornoso, de Indiana brincó a la grada y golpeó un aficionado, el basquetbol, el deporte más visto en los Estados Unidos, ese mensaje se transmitió aunque la sanción fue ejemplar, la actitud no se olvida, lo mismo ocurrió con la patada voladora de Eric Cantona a un aficionado en Inglaterra, la mordida voraz de Mike Tyson que arrancó la mitad de una oreja, el perfil de vida que fue publicada de Tiger Woods, la trampa de los beisbolistas y la recién mordida también del uruguayo Suarez, son actitudes que se quedan marcadas en la memoria, que mal educan a los aficionados, que el transmiten violencia, cuando en estos tiempos la paz debería de ser el único mensaje, que transmiten que la fama y el éxito van acompañadas de actitudes reprobables, que enseñan a los niños y jóvenes que las malas jugadas y cobardes acciones son permitidas siempre y cuando seas una figura, el deporte como la película del Almodóvar demuestra que en una obra de arte se pueden ver reflejadas las peores acciones y niveles más bajos de educación.