La Reforma Energética es sin lugar a dudas la reforma del año para el ejecutivo federal, inclusive pudiera tomarme el atrevimiento de decir que en espera de la Reforma Fiscal y Política puede llegar a ser la reforma más importante del sexenio, no solo de este sino de los anteriores panistas también. Y es que el petróleo, principal fuente energía es el sustento económico de la nación, según las cifras y discursos de políticos y periodistas.
Este espacio no propondrá ni discutirá las reformas propuestas por el PAN, por EPN o por el PRD en voz de autoridad de Cuauhtémoc Cárdenas, para eso están las cámaras y luego los congresos locales. Este espacio tampoco busca descalificar la labor e intención del presidente Peña en la reforma o la tibieza de la izquierda organizada. Es una crítica a todos los partidos y sus propuestas de reforma energética.
Una publicación que todos deberíamos tomar en cuenta es México Social del mes de julio, donde anticipando la propuesta y discusión de la Reforma presentaron un análisis completo y veraz de la situación energética en el ámbito social. Las conclusiones son interesantes y para la reflexión. En primer lugar, comparto la opinión de los articulistas de este número, la reforma está viciada de origen al reformar y proponer cambios estructurales en Pemex y la CFE, dejando en segundo o hasta tercer plano otras fuentes alternativas de energía, por el simple hecho natural y lógico de que el petróleo y el combustóleo, donde proviene la electricidad son no renovables. Hubiera sido sano, fructífero y revolucionario, impulsar las fuentes alternativas, es decir, según la publicación el 94% de la energía producida en México proviene del petróleo, el otro 6% se divide en la energía hidráulica, eólica, solar, entre otras. Absurdo para un país donde su economía se encuentra “en crecimiento” o “desarrollo”. En segundo lugar todas las propuestas de reforma dejan afuera y no consideran los riesgos y la crisis ambiental, no existen propuestas para reducir el uso de azufre en la refinación del combustóleo o del petróleo. Existen propuestas para modernizar las refinerías, para crear más y hacer contratos de riesgo, claro invadidos por la comunicación gubernamental, sin tocar el petróleo, porque es nuestro.
Otro dato a considerar, presentado por la citada publicación dirigida por Mario Luis Fuentes, en el contexto internación es el alcance desigualitario de los energéticos, el 64% de la energía producida, se consume en América, Europa y Oceanía, donde vive un tercio de la población, el restante se consume en Asia y África donde habitan los restantes dos tercios. La cultura de consumo y producción, tiene que ver directamente con los niveles de pobreza.
Es claro y una vez expuesto estos ligeros argumentos invitándolos a informarse, recomendándoles esa edición de México Social, debates en video de Gerardo Fernández Noroña, y desde luego las tres propuestas de reforma, que la Reforma Enargita es una reforma de naturaleza mercantil, careciendo de validez ambiental, sin buscar la excelencia en la calidad energética y no busca la igualdad, la disminución de la pobreza y carece de sentido social. A tiempo estamos de reflexionar la reforma en busca de hacerla más integral en la construcción de un ambiente social sano.