Al poder legislativo les falta entender un par de cosas, y no hablemos de los 500 diputados y 128 senadores, es mucho más fácil que 36 personas entiendan de lo que hablamos a que 628 lo hagan, me refiero al Congreso del Estado. La crisis y parálisis en la que está metida el poder legislativo es muy preocupante, incluso más preocupante que el bajo nivel de los clubes tapatíos o que la instalación del Torito versión GDL.
Leía el fin de semana que la tragedia legislativa viene desde los malos manejos de la 57 legislatura, de la cual formaban parte nombres conocidos como Aristóteles Sandoval, José María Martínez y Jesús Casillas, ahora senadores y gobernador, que después repetirían en la 59. Luego la 58 legislatura saqueó las arcas del erario público Luis Vélez que fue y vino de su municipio Etzatlán, para saquearlo también como diputado del PVEM, de esa legislatura destacan nombres como el de Enrique Alfaro, Jorge Salinas, Jorge Arana, Toño Mateos, Abel Salgado, Ivan Arguelles, Hugo Contreras entre otros, a esta legislatura se le responsabiliza de 37 millones de pesos depositados en cuentas personales y de crecer la de por sí enrome nómina del congreso. No solo se acusa de mal manejo sino que después de la legislatura fueron premiados con presidencias municipales como Alfaro y Mateos, ambos endeudando a su municipio, el primero con obra pública y el segundo con un robo bestial a Tonalá. Luego a seis años de ser diputados muchos de estos nombres están en las arcas federales en el Congreso de la Unión o algunos más escondidos bajo piedras, de vergüenza.
Luego de estas dos legislaturas que además de endeudar, robar, contratar en demasía y obtener como premios cargos de mejor sueldo y posición política vino el que muchos consideran el acabose, y eso porque apenas lleva un año esta legislatura, la número 59 y trágico desempeño, la nómina llegó a números exorbitantes casi 1,300 personas «laboraban» en el recinto, lo que promediaba más de 30 funcionarios por diputados, la deuda, las irregularidades, la corrupción y pago de cuotas por la elaboración de los juegos Panamericanos y las campañas de 2012, la condonación y aprobación de cuentas que se presumían irregulares hacia Aristóteles (presidente municipal de Guadalajara) y Emilio (gobernador) fueron un absurdo, el desempeño y codeo con uno de los personajes más polémicos de la película local (política) como Alonso Godoy (el auditor) ponían en duda la transparencia de movimientos, el escándalo invadió nombres como el de Raúl Vargas, Miguel Monraz (Presidente PAN Jalisco), Ramón Guerrero (Presidente Municipal Vallarta), José María Martínez (Senador), Salvador Arellano (Diputado), Elisa Ayón (Funcionaria), Jesús Casillas (Senador), Enrique Aubry (Diputado federal borrachales), Mariana Fernández (Directora Instituto jalisciense de las mujeres) y la lista podría seguir con los diputados irresponsables de esa fatídica legislatura que desgraciadamente siguen haciendo uso del erario público.
Ahora esta legislatura inició con la responsabilidad de sanear las finanzas de un congreso desquebrajado económica, política y socialmente además de baja reputación, tan baja que podríamos considerarla, la fichera del Estado. Se va con el que más pague y le concede más de algún favor entre los que destacan aprobar cuentas, perdonar juicios y olvido eficaz. Aunque el desempeño de los coordinadores ha sido valioso en cuanto a limpiar la nómina reduciéndola a casi 200 personas, muchas irregularidades siguen sucediendo: los trabajadores checan, se van y ni trabajan, solo apoyan a su diputado cuando este lo pida, la nomina aunque reducida sigue siendo excesiva, 5 personas por diputado, mucho más que otros congresos federales como el de España. Lo que hace a este Congreso el más caro del país y para un informe de 2009 el más ineficaz y que presenta más ausentismo en México. Una basura de poder legislativo.
Las cosas parecían ir por un mejor camino con nuevas caras y discursos responsables, pero las cuotas que paga el gobernador y poderes fácticos como el de la Universidad hacen que esta H. institución siga siendo una fichera, los movimientos del gobernador, de Alfaro, de Padilla o del mismo presidente dentro del congreso lo ridiculizan. Para cambiar esto hay muchas cosas que los diputados deben entender o más bien aplicar:
-El Legislativo es un contrapeso del ejecutivo no un comparsa
-El legislativo no hace acciones de gobierno que luego se conviertan en políticas para obtener votos, aunque el uso de dinero público este bien justificado no es su función. (La partida de las casas de enlace utilizada en obra pública)
-Se dedican a legislar, como su nombre lo dice, proponer leyes, aprobar y discutir reformas, esto como principal responsabilidad.
-Representan a un distrito, estaría bien de vez en cuando conocer las necesidades del mismo, legislar a favor de esas necesidades y consultar a las votantes que lo pusieron en una posición tan privilegiada.
-El cargo es por tres años, no de lunes a viernes, medio día, con faltas justificadas por giras de trabajo donde se apoye al gobernador o al patrón. Y no en periodos ordinarios que duran 4 meses.
-Debería de ser herramienta no obstáculo para los ciudadanos.
Entre otras cosas, este legislativo no tiene más que el poder de coquetear con el de más billetes como una fichera de esas que ellos mismos corrieron del Parque Morelos hace algunos años.