Ha existido a lo largo de la historia y en los tiempos recientes ha tomado más fuerza el debate de la información o vida pública y la vida privada. Sobre todo en los medios de comunicación hambrientos del chisme y gustosos del escándalo, que a decir verdad, en nuestros tiempos es lo que vende un periódico o hace quedarse en un canal de televisión. Por eso los reporteros son unos cazadores de escándalos, tanto en políticos, deportistas y artistas de farándula, que si fue infiel, que si compró una revista para adultos, que si hace fiestas, que si se emborracha, que si menta madres cuando habla, etcétera, etcétera, etcétera.
Lo que ha planteado a muchos periodistas serios, académicos y ciudadanos a discutir sobre los límites de la vida privada. Muchos de manera argumentada opinan que cuando uno se convierte en figura pública nada es privado, y ese es el precio de tomar una decisión. O que la información de los funcionarios públicos, por ser empleados del erario público debe de ser publicada. Algunos otros aborrecen la idea de que la privacidad desaparezca, de que los medios de comunicación o alguna otra persona invada tu vida privada porque quiere o porque puede.
Recientemente el Grupo Reforma hizo publico una página de Internet que se movía bajo el dominio de buscardatos.com. La página hasta hace unos días se encontraba inactiva, después del escándalo fue cerrada. Lo peculiar de este sitio era que la información supuestamente privada, datos como el nombre, dirección, fecha de nacimiento, CURP y una foto, podrían ser descargados de cualquier persona en el país, debido a que por una artimaña ellos poseían el padrón electoral vigente, de manera que si buscabas tu nombre ahí aparecías, con el gallo en la cabeza, los lentes de pasta negra, la playera de las Chivas o cualquier prenda que llevaras el día que te tomaron la foto. Si una institución confiable como el IFE no puede cuidar de nuestros datos supuestamente personales, toda la información seguramente tiene como destino ser pública.
Si bien no hay una estadística o un estudio que determine qué es privado o qué es de información pública, es una decisión a mi manera de ver, desde la aparición de redes sociales, personal, es decir si bien hay instituciones que supondrían cuidar nuestra información y no lo hacen, mínimo nosotros lo deberíamos de hacer, y ese poder lo tenemos desde las redes, cada quien elige si su vida es privada o pública. Si una fiesta queda en la inmediatez de la privacidad o en el acceso de Facebook en lo público. No queda más que hacer la recomendación de cuidar lo que en verdad creas que es privado y dejarlo para ti y publicar lo que en realidad creas que es público. Porque luego alguien llegará te platicará tu día por las fotos que publicaste y para colmo el lugar donde las publicaste: desayunaste en tu casa unos hot cakes con tocino y una carita feliz, fuiste al gimnasio que está en tal avenida, en la noche fuiste a la casa del «Güero» para terminar «siguiendo la fiesta» en un antro bar de la zona residencial y luego no tengas más que responder, sin argumentos, que ¿Cómo se sabe tanto de ti? Si esa es tu vida privada.