La protesta según los medios

El día de hoy tres portadas de periódicos de circulación nacional, confirman una teoría que se está construyendo desde hace décadas y que eran prácticas del PRI-Gobierno. Usar a los medios de comunicación para manipular a la ciudadanía y mantener un cierto control. Si bien hoy no quiero culpar al «gobierno» por fácil que suene, quisiera responsabilizar a los medios de comunicación de cierta manera también.

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Y es que la portada del Universal por ejemplo, desmenuza el #PosMeSalto movimiento que se dio en el DF para protestar en contra del aumento del transporte y no pagar el metro, saltándose. Lo vinculan con redes de grupos radicales, como verdaderos terroristas delincuentes, cuando lo único que se hizo fue saltar una valla a manera de protesta, pacífica y demostrando el descontento hacia un gobierno que a la mayoría ha desilusionado en su actuar tibio, como el de Mancera.

Luego el diario Reforma ventila que el plantón de la CNTE en protesta por la reforma educativa es una simulación, en sus ocho columnas, como ha sido la cobertura a este movimiento, son los culpables de todo y nadie les toma la palabra para escuchar sus quejas o propuestas, podemos estar de acuerdo o no en los argumentos que se oponen a la evaluación, pero nunca en democracia, podemos estar en contra del derecho a manifestarse.

Por último el diario La Razón dice que ha aumentado la pobreza en los municipios gobernados por los zapatistas, una manera diferente de gobernar y una protesta eterna a la forma de gobierno en México, sin conocer y desmenuzar los procesos de los zapatistas, yo que los conozco un poco más, sé que la calidad de vida es mucho mayor a la de un habitante en la periferia de la capital del país, el propósito de esa portada es claro  demeritar el movimiento.

Y así ha pasado en la última semana con las manifestaciones en contra de la reforma energética, reconozco se tornaron violentas, pero muchas veces provocadas por infiltrados de gobierno o la misma policía, porque el objetivo principal es presentar a las manifestaciones y expresiones de libertad como delincuentes, radicales, destructores, terroristas y así es como estas tres portadas construyen ese inconsciente del protestante, que en México desgraciadamente lo vemos como el enemigo en vez del constructor de una pluralidad, que mucho hace falta en esta democracia.

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