Tinta Canchera/ Zapatones

Como revela en una entrevista Zapatones era su apodo preferido sobre el de Sabio, aunque para ser un sabio hay que llenar unos zapatos muy grandes, como los del gran Luis Aragonés. Además de creador de un monstruo, el Dr. Frankestein de la Furia Roja campeona de Europa y luego del mundo, es también el creador de un estilo similar, que comparten hasta la fecha Atlético, Sevilla o Mallorca, es este, un poeta de la Dirección Técnica.

Se le paró enfrente, como un abuelo mandón, con la autoridad del capitán que no permite que ningún marinero gobierne a grandes estrellas: adiós Raúl, chiquito Romario y negro Eto´o. Estos figurones no eran más que el equipo grande de Aragonés, nadie por encima del más pequeño, decía, las figuras pedían disculpas por retrasos, las leyendas no iban de titular, los mejores banqueaban, los peores alineaban; un ejemplo de fe, esperanza y sobre todo de justicia, un héroe que el mundo necesitaba.

Un adicto de fútbol, enamorado y desesperado, solitario en la soledad lejos de un banquillo pero cerca de su esposa, ahí el quería estar, pero con trabajo. Siempre con pants, tenis y la playera del equipo en turno, sea griego, árabe, español o un seleccionado. Nadie era mejor que él, ni en la cancha, ni en el vestidor ni fuera de esos dos lugares. Pero él tampoco era más grande que ninguno, solo sus zapatos resaltaban de los de todos, unos zapatones difíciles de llenar.

 

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