Jijos

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Un cuento

Es de todos conocido que los policías en esta ciudad son unos hijos de la chingada, discúlpenme pero no hay otra expresión, adjetivo o frase que los defina mejor, es mas, hasta debería de ser verbo porque a mas de alguno le quedaría de perlas, pero ese es otro cuento, estábamos en que todos sabemos que esos cabrones son unos hijos de la chingada ya lo detienen a uno en la calle que porque el pantalón es de marca, le ponen a uno sus putazos, lo dejan tirado y le dicen que disculpe que había sido un error. O ya lo bajan a uno de su camioneta que dizque por exceso de velocidad y termina a parar en la curva que porque defendió sus derechos con mucha violencia, hijos de la chingada.

Pero bueno ya nos habíamos acostumbrado al abuso de autoridad y a las mordidas constantes que hasta tenia uno en la cartera un compartimiento especial, pero un día estaba yo leyendo el periódico y si se habían pasado de la raya, detuvieron a un girasol que porque ocasionó un accidente vial que derivó en el enojo de un automovilista que hirió al otro, váyase usted a imaginar. Se preguntarán porqué la flor resultó detenida, pues resulta que detuvieron al que disparó y argumentó rabia y enojo porque su carro estaba recién lavadito y lo vino a chocar el individuo de atrás, fue un buen argumento que lo dejó en libertad. Habría que irse con el individuo que chocó como absoluto responsable pero este argumentó un estornudo que lo cegó por unos instantes y ocasionó el accidente, un buen argumento para ser declarado inocente.

Pero las investigaciones siguieron y había que encontrar a algún culpable, no podría quedar este delito sin ningún responsable, eso no le podía pasar al H. Ayuntamiento, así que se le hicieron estudios al individuo dos, donde se encontró que lo que ocasionó el estornudo había sido una especie de flor que había tenido contacto con el individuo en el parque unos minutos antes del accidente, que le había provocado alergia y ahí van detrás del girasol plantado en la segunda línea del jardín dos del parque Municipal.

Ahí estaba la pobre flor amarrada a una silla y recibiendo de tehuacanazos en los pétalos para que se declarara culpable, pero cómo iba a hablar la pobre flor si la tenían toda sometida, el jefe de la policía ordenó cediera la tortura y la flor cantó, dijo que lo que le había provocado esa sustancia que ocasionó la alergia había sido una abeja del panal que estaba en el árbol a un lado del poste en la calle 34 y ahí van tras la pobre abeja que por tratar de alimentarse estaba siendo perseguida, hasta que la atraparon con una red especial, a ella ni la dejaron ir al cuartel y ahí mismo la torturaron para que se declarara culpable.

Cuando todo el drama parecía que terminaba, a la pobre abeja se le ocurre hablar y argumenta que ella es inocente, que no hubiera dado esa sustancia si los carros no contaminaran su panal o si nosotros los humanos no fumáramos porque ella respira aire contaminado, faltaba más, faltaba menos y aquí estamos todos los habitantes de la ciudad pagando la pena por contaminar el panal de la abeja, que picó al girasol, que provocó alergia en el individuo dos, que ocasionó el choque, que derivó en el disparo de un fulano enojado porque acababa de lavar su carro.

Hijos de la chingada.

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