Cuando estudié en la Escuela de Escritores escribí esto: El Chango creció en las entrañas de una ciudad que se transformaba con los avances tecnológicos, ahí en la calle que lleva de nombre a un insurgente empedernido, ahí desde chico se ensució las manos de grasa, y se llenó los dedos de callos construyendo carrocerías, […]